Asma y bronquitis en humanos

Sus pulmones y vías respiratorias son susceptibles a una variedad de enfermedades, incluidas las causadas por organismos infecciosos, agentes ambientales, anomalías genéticas y trastornos inmunitarios. La bronquitis, un término inespecífico para la inflamación de las vías respiratorias de tamaño mediano, puede ser causada por infecciones o exposición a irritantes ambientales. El asma es un trastorno pulmonar caracterizado por inflamación de las vías respiratorias, obstrucción del flujo de aire parcialmente reversible e hiperreactividad a diversos estímulos, como pólenes, polvo o humo. Si bien la bronquitis y el asma comparten ciertas características y pueden coexistir, son afecciones diferentes.

Inflamación: una respuesta universal

Sus vías respiratorias responden a la irritación de una manera predecible. Ya sea que la agresión inicial sea un agente infeccioso, polen, humo o un aerosol ocupacional, la irritación de las vías respiratorias desencadena la liberación de sustancias químicas inflamatorias de las células inmunitarias incrustadas en las membranas mucosas de los pulmones. Estos productos químicos ejercen efectos generalizados que incluyen una mayor producción de moco y flujo sanguíneo, engrosamiento de las paredes de las vías respiratorias y estimulación de los reflejos de la tos. Si tiene asma, los músculos que rodean las vías respiratorias pueden contraerse, lo que reduce el flujo de aire.

Los síntomas pueden superponerse

La bronquitis se puede clasificar en aguda o crónica. La bronquitis aguda suele ser el resultado de una infección viral, mientras que la causa más común de bronquitis crónica es el tabaquismo. En la bronquitis aguda o crónica, el síntoma más notable es la tos. El sello distintivo del asma son las sibilancias, que es un silbido agudo que se escucha durante la exhalación. Sin embargo, la presencia o ausencia de tos o sibilancias no distingue necesariamente la bronquitis del asma. Se pueden escuchar sibilancias durante los episodios de bronquitis aguda en personas que no tienen asma, y ​​el asma es una de las causas más comunes de tos. Además, las personas con asma no siempre tienen sibilancias. Por tanto, puede resultar difícil distinguir la bronquitis del asma en determinadas situaciones. Su médico puede ordenar una evaluación adicional, como una espirometría o pruebas de función pulmonar, para aclarar su diagnóstico.

¿La bronquitis desencadena el asma?

Si ya tiene asma, un episodio de bronquitis viral aguda puede agravar su afección. De hecho, las infecciones respiratorias virales se encuentran entre las causas más comunes de hospitalización de las personas con asma. Alguna evidencia sugiere que las infecciones respiratorias virales en los niños, particularmente las infecciones causadas por rinovirus o virus sincitial respiratorio, pueden aumentar el riesgo de asma más adelante en la vida. Sin embargo, el desencadenante más común del asma es la sensibilidad a los alérgenos ambientales, como el polen o los ácaros del polvo.

La administración puede superponerse

El asma y la bronquitis crónica requieren una terapia a largo plazo. Muchos de los medicamentos que usan las personas con asma (inhaladores antiinflamatorios y que expanden las vías respiratorias) también los usan las personas que padecen bronquitis crónica. Cuando las personas con asma o bronquitis crónica empeoran repentinamente, los médicos también pueden recetar antibióticos. Por el contrario, la bronquitis aguda generalmente solo dura de 2 a 3 semanas y los inhaladores no son necesarios a menos que tenga sibilancias. Por lo general, no se requieren antibióticos. Debido a la dificultad para diferenciar entre bronquitis y asma, las personas que tienen tos persistente o sibilancias deben consultar a un profesional médico.