Caminar en comparación con caminar en una cinta de correr

A primera vista, hay un gran abismo entre un excursionista que camina por un terreno accidentado mientras se enfrenta a las temperaturas extremas y la vida silvestre, y un caminante que camina hacia el gimnasio para acumular millas en la máquina. Pero desde el punto de vista del fitness, ambos realizan la misma forma básica de ejercicio: caminar. El cuerpo humano ha evolucionado para que caminar sea un ejercicio natural de bajo a medio impacto, que ofrece beneficios aeróbicos y de fortalecimiento de la fuerza. Elija entre un entrenamiento basado en cinta de correr o una caminata teniendo en cuenta las ventajas y desventajas de ambos.

Energía gastada

El senderismo tiende a quemar más calorías que caminar en una cinta. Una persona de 155 libras quemará alrededor de 420 calorías por hora al caminar, aumentando a 500 cuando va cuesta arriba o lleva una mochila liviana. Este número salta a 560 calorías por hora al ascender una colina empinada. Para igualar ese gasto de energía, la misma persona necesitará moverse muy enérgicamente en la caminadora, a un ritmo que bordea el trote de 4.5 millas por hora, que quema alrededor de 450 calorías. Aumentar la inclinación de la caminadora aumentará sustancialmente las calorías quemadas, incluso con una inclinación del 2 por ciento quemará 100 calorías adicionales por hora. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Brighton estableció que para imitar con precisión caminar o correr al aire libre, debe mantener la inclinación al 1 por ciento para tener en cuenta lo que sería la resistencia al viento.

Movimiento y variedad

Las exigencias del terreno natural dan como resultado un entrenamiento más versátil, ya que el ascenso y el descenso involucran diferentes músculos. Caminar cuesta abajo puede ser difícil para las articulaciones de las rodillas, por lo que si esto es un problema, subir y bajar cuestas empinadas puede no ser la mejor opción. En una caminadora, el ascenso se puede simular ajustando la inclinación, con muchas máquinas que ofrecen entrenamientos preprogramados al estilo de las caminatas. Aún así, el senderismo exige un movimiento más variable incluso cuando se camina hacia arriba y hacia abajo por senderos rectos. Agregue un poco de revuelo, como usar escalones o un tronco caído para cruzar un arroyo, y terminará con un entrenamiento de cuerpo entero más que lo que ofrece una cinta de correr.

Control y conveniencia

Si lo único que le preocupa es agregar pasos a su cuota de actividad, la forma rápida, segura y fácil de lograrlo es en una máquina en el interior. Las condiciones al aire libre no afectan a los caminantes en cinta. No tendrá excusa para saltarse el ejercicio porque hace demasiado calor. No hay riesgo de quemaduras solares o hipotermia, no es necesario cubrirse con repelente de insectos y no tendrá que preocuparse por torcerse el tobillo o caer por una ladera pedregosa. Es fácil realizar un seguimiento de la distancia y la velocidad, y la máquina incluso sumará las calorías que quema. Puede caminar en la cinta de correr en sesiones diarias más cortas, o incluso con más frecuencia si tiene una en casa, en lugar de dedicar una gran parte de su vida a una caminata adecuada. A menos que viva en un área rural, el senderismo generalmente requiere conducir a algún lugar y planificación asociada, tiempo y gastos adicionales.

Disfrute y Satisfacción

Sin embargo, toda esa comodidad y control puede tener un precio psicológico. Caminar en una cinta de correr es, en esencia, aburrido y conlleva el riesgo de desánimo y agotamiento mental. Es más fácil incluir períodos más cortos de ejercicio en su rutina diaria, pero también es más fácil dejar que esa rutina caduque bajo la presión de las demandas de la vida. Saltarse un entrenamiento no parece un gran problema y si no eres muy disciplinado, es posible que encuentres que se te escapan más y más sesiones. El senderismo trae otras recompensas además de mantenerse en forma. Es más desafiante hacer una montaña o completar un sendero en particular, pero da una sensación de logro mayor, bastante inmediato. Estar al aire libre, sumergido en un entorno natural y sobrellevarlo satisface los impulsos humanos primarios que no se satisfacen permaneciendo encerrados por cuatro paredes, con los pies golpeando monótonamente un cinturón eléctrico.