Comer sano no tiene por qué ser un lujo reservado para la élite culinaria. Cuando cocinar no es una opción, aún tiene poder adquisitivo, lo que significa que puede llevar una dieta saludable sin tener que encender la estufa. Siguiendo el lema de Michael Pollan, autor de "En defensa de la comida" - "Come comida, no demasiado, sobre todo plantas". Esta filosofía alimentaria fundamental desbloqueará el mundo de la alimentación saludable sin un montón de utensilios de cocina sucios para lavar.
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Planifique sus comidas en función de cómo debería verse su plato. El USDA recomienda que al menos la mitad de su plato esté lleno de frutas y verduras, y que el resto consista en granos integrales y proteína magra. Cree una lista de compras basada en estas comidas.
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Compre en las paredes de su supermercado, donde generalmente se encuentran las secciones de productos frescos, delicatessen, panadería y refrigerados. Concéntrese en seleccionar alimentos que se ajusten a su plan de comidas, pero que requieran una preparación mínima: los artículos como verduras crudas y guarniciones para sándwiches pueden necesitar cortar y ensamblar, pero no es necesario cocinar.
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Compró alimentos básicos preparados y recién cocinados, como pollo rostizado y huevos duros. Ambos se pueden encontrar típicamente en la sección de delicatessen o refrigerada y agregan un impulso de proteínas a su dieta, sin necesidad de cocinar.
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Explore la sección de congelados de su supermercado. Allí puede encontrar frutas y verduras que se han congelado instantáneamente en su punto máximo de madurez, por lo que solo necesitan ser calentadas en el microondas. Las comidas precocinadas también están disponibles, pero tenga en cuenta el alto contenido de sodio.
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Lea las etiquetas de los ingredientes mientras busca productos alimenticios, evite aquellos que contengan ingredientes que no pueda pronunciar. Tenga cuidado con Si el azúcar, el aceite o la sal son altos en la lista de ingredientes, considere el beneficio nutricional de los productos.
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Solicite ayuda si su tienda ofrece un nutricionista o dietista interno. Ellos pueden indicarle la dirección de alimentos saludables que no se cocinan.
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Coloque su comida en un plato, usando tazas medidoras para servir el tamaño adecuado de las porciones. Puede ser difícil medir las porciones adecuadas cuando se come directamente de paquetes de alimentos grandes.