Si prefiere hacer ejercicio por la noche, es posible que tenga problemas para relajarse y dormir después de que su corazón bombee. El ejercicio, sin embargo, en realidad puede ser un aliado en la lucha por dormir mejor en lugar de un adversario. La clave es ceñirse a un horario. Las personas que hacen ejercicio por la noche deben crear una práctica constante de actividades relajantes que reduzcan la brecha entre hacer ejercicio y quedarse dormido.
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Haga ejercicio, vaya a la cama y levántese a la misma hora todos los días. Está permitido dormir un par de horas los fines de semana, así como tomarse un día libre del gimnasio. Sin embargo, en general, ceñirse a un horario prepara a su cuerpo para quedarse dormido en un momento determinado.
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Termine su entrenamiento 4 horas antes de irse a la cama y coma una cena ligera 2 horas antes. Consuma una porción de cereales integrales o verduras ricas en carbohidratos como las batatas o coma fruta fresca de postre. El aumento de serotonina que obtienes de los carbohidratos saludables puede ayudarte a conciliar el sueño.
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Vuelva a casa después de su entrenamiento nocturno y tome un baño relajante y caliente en lugar de una ducha rápida en el gimnasio. Caliente el agua a al menos 100 grados Fahrenheit. Si lo desea, agregue hierbas relajantes a su baño, como lavanda o manzanilla, o agregue un puñado de sales de Epsom para ayudar a calmar los músculos adoloridos. Permanezca en la bañera durante al menos 20 minutos.
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Haga posturas de yoga en la cama para estirarse después de un duro entrenamiento y prepararse para una buena noche de sueño. Antes de golpear el saco, haga algunas inclinaciones profundas hacia adelante, concentrándose en aflojar y relajar la espalda baja. Una vez que se meta en la cama, haga un giro espinal sentado a cada lado, luego pase unos minutos en la postura del niño antes de rodar sobre su espalda y empujar las rodillas hacia el pecho. Termina con Happy Baby antes de quedarte dormido en la pose del cadáver.
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Acuéstate solo cuando estés listo para dormir. No se deje atrapar por la televisión o Internet en la cama; en su lugar, tome un sorbo de té de manzanilla, lea algunas páginas de un libro o escuche música relajante.