El ejercicio puede ayudarlo a quemar calorías, fortalecer los músculos y sentirse más feliz gracias a la liberación de hormonas para sentirse bien. Aún así, hacer ejercicio puede tener efectos secundarios negativos. Sentir náuseas o vómitos durante el ejercicio no debería ser una parte normal de su rutina. Comience haciendo los ajustes recomendados en su entrenamiento para evitar las náuseas y los vómitos inducidos por el ejercicio. Si estas condiciones persisten, deberá consultar a un médico.
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Controle sus hábitos alimenticios. Comer puede afectar la sensación de náuseas al hacer ejercicio. Es posible que sienta náuseas mientras hace ejercicio si no ha comido recientemente; También puede sentir náuseas si hace ejercicio inmediatamente después de comer. Opte por un pequeño refrigerio antes de hacer ejercicio para tener la energía que necesita para hacer ejercicio, pero sin sentirse demasiado lleno. Si ya ha comido mucho, opte por un ejercicio de bajo impacto como caminar en lugar de ejercicios de alto impacto como correr o nadar. Intente comer tres horas antes de los entrenamientos intensos, según Stack Performance Center.
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Beba cantidades adecuadas de líquidos. No beber suficiente agua al hacer ejercicio puede afectar negativamente a su tracto gastrointestinal, provocando náuseas y vómitos, según la "Revista Triatleta". Beber demasiada agua puede provocar niveles bajos de sodio en la sangre, lo que también puede provocarle náuseas. No espere hasta tener sed para beber agua. Si hace ejercicio intensamente, intente pesarse antes y después de los entrenamientos para tener una idea de la cantidad de agua que está perdiendo a través de los mecanismos de sudoración y enfriamiento. Luego, puede ajustar su ingesta de agua en consecuencia.
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Aborda tu estrés. Si su ejercicio se centra principalmente en las competiciones, por ejemplo, si es un nadador, boxeador o jugador de fútbol competitivo, entonces los sentimientos de estrés o ansiedad podrían provocarle náuseas o vómitos, según la "Revista Triatleta". Antes de hacer ejercicio, respire profundamente y concéntrese en los objetivos positivos del entrenamiento. Reducir la cafeína u otros estimulantes, practicar yoga y encontrar otras formas de aliviar el estrés puede ayudar a controlar las náuseas inducidas por el ejercicio.
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Retroceda en sus esfuerzos de ejercicio. Podría estar presionándose demasiado, haciendo que su cuerpo responda con náuseas y vómitos, según Crossfit Santa Cruz. Controle su ego y opte por un entrenamiento un poco menos desafiante. A largo plazo, es posible que pueda lograr más, ya que se verá menos afectado por esos efectos secundarios negativos. Intente reducir gradualmente el peso, los tiempos de carrera o los niveles de intensidad hasta encontrar el equilibrio perfecto entre esfuerzo y seguridad.
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Checa el clima. Según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, algunas condiciones climáticas, incluidas las altas temperaturas y la alta humedad, pueden enfermarlo si no está vestido o hidratado adecuadamente. Esto puede provocar náuseas o vómitos. En días muy calurosos, elija hacer ejercicio por la mañana o por la noche. En su lugar, puede elegir un entrenamiento en interiores, como una clase de ejercicios grupales en un gimnasio o completar calistenia en su sala de estar.