Diferencia entre esclerosis múltiple y miastenia grave

La esclerosis múltiple o EM y la miastenia gravis son dos trastornos neuromusculares que se cree que tienen una causa autoinmune. Tanto en la EM como en la miastenia gravis, un error en el sistema inmunológico de una persona puede hacer que el cuerpo ataque ciertos tejidos, una situación que conduce a síntomas que involucran la función muscular. Sin embargo, a pesar de esta similitud, los dos trastornos también son diferentes en varios aspectos.

Causar

La miastenia gravis es causada por un problema en puntos microscópicos llamados uniones neuromusculares, donde los nervios terminan en la superficie de las células musculares. Normalmente, un músculo se contrae cuando un nervio libera un neurotransmisor llamado acetilcolina en este sitio, donde los sitios de unión del músculo, o receptores, absorben el neurotransmisor. En este trastorno, las células inmunitarias producen sustancias llamadas anticuerpos que alteran estos sitios de unión, dejándolos no funcionales. Aunque la causa exacta no se comprende bien, los investigadores sospechan que un error en la glándula del timo, un importante órgano inmunológico, puede ser el culpable.

Aunque también se cree que la EM es un trastorno autoinmune, los mecanismos subyacentes se comprenden menos. En la EM, las células inmunitarias del cuerpo atacan y destruyen gradualmente una sustancia llamada mielina, un material aislante que cubre los procesos nerviosos que transmiten impulsos a los músculos. Un artículo publicado en junio de 2005 en el "Journal of Neuroscience Research" revisa la evidencia de la participación del sistema inmunológico y enumera varios tipos de células inmunes probablemente involucradas en la EM.

Los síntomas

Aunque cualquier músculo puede verse afectado por la miastenia gravis, los que controlan los movimientos oculares, las expresiones faciales o la deglución suelen verse afectados. A veces, los músculos débiles causan problemas para tragar o dificultad para hablar, párpados caídos, visión borrosa o doble o un cambio en la apariencia facial. Los síntomas varían mucho entre las personas con este trastorno, pero también pueden involucrar debilidad en las extremidades que pueden causar una marcha inestable. En la EM, pueden aparecer algunos de los mismos síntomas, como visión doble o debilidad en brazos y piernas. Pero la EM a menudo causa otros tipos de síntomas además de la debilidad, incluidas las parestesias, que son sensaciones de entumecimiento y picazón, o "hormigueo". Las personas con EM también pueden sentir dolor en los músculos y, a veces, tener temblores o mareos. Aunque los síntomas de la EM y la miastenia gravis se superponen un poco, las pruebas de diagnóstico generalmente pueden distinguir entre los dos trastornos.

Diagnóstico

Tanto en la miastenia gravis como en la EM, los síntomas suelen aparecer gradualmente durante varios meses a uno o dos años, lo que hace que el diagnóstico sea un desafío en algunos casos. En el caso de una persona con una nueva aparición de debilidad, un médico evaluará si se acompaña de cambios en la sensibilidad, lo que no suele ocurrir en la miastenia gravis, pero a menudo aparece en la EM. Varios análisis de sangre pueden ayudar a diagnosticar la miastenia gravis, incluida la detección de anticuerpos contra el receptor de acetilcolina u otro anticuerpo llamado anti-MuSK, aunque en algunos casos, los pacientes no los producen. Otras pruebas, incluida una medición eléctrica de la interacción músculo-nervio o pruebas después del uso de un medicamento para mejorar la acetilcolina, pueden ayudar a hacer el diagnóstico. Para la EM, un médico utiliza varios criterios para diagnosticar el trastorno, incluido un examen neurológico detallado, un historial médico cuidadoso, un análisis del líquido cefalorraquídeo y una resonancia magnética (IRM) del cerebro y la médula espinal. Sin embargo, a diferencia de la miastenia gravis, actualmente no se dispone de un análisis de sangre para diagnosticar definitivamente la EM.

Investigación

Una gran cantidad de investigación se ha centrado en ambos trastornos. Para la EM, las áreas de exploración incluyen encontrar nuevas formas de diagnosticar el trastorno mediante la identificación de cambios específicos en las resonancias magnéticas de los pacientes, investigación revisada en 2012 en "Opinión de expertos en diagnósticos médicos". Otras investigaciones sobre la EM incluyen el desarrollo de nuevos enfoques de tratamiento, como el uso de anticuerpos especialmente diseñados para ralentizar o detener el progreso del trastorno, como se revisó en profundidad en la edición de marzo de 2013 de "Expert Reviews in Neurotherapy".

Para la miastenia gravis, una gran cantidad de investigación tiene como objetivo identificar nuevos tratamientos efectivos. Aunque el uso de esteroides y otros medicamentos que afectan el sistema inmunológico puede ser útil, investigaciones como la publicada en la edición de enero de 2013 de "Diseño, desarrollo y terapia de medicamentos" se enfocan en nuevos medicamentos que bloquean una enzima que degrada la acetilcolina, ayudando al Los neurotransmisores duran más y fortalecen las contracciones musculares.

Si tiene preguntas sobre la EM o la miastenia gravis, discútalas con su médico, que es la mejor fuente de información sobre estos trastornos.