Efectos sobre el hígado y los riñones en la insuficiencia cardíaca

La insuficiencia cardíaca es una afección crónica causada por un músculo cardíaco debilitado. A medida que avanza la insuficiencia cardíaca, la capacidad del corazón para bombear sangre al cuerpo se deteriora progresivamente y, como resultado, otros órganos sufren. El hígado y los riñones son especialmente susceptibles al daño debido a la insuficiencia cardíaca. Las personas con insuficiencia cardíaca que tienen un alto riesgo de daño orgánico pueden eventualmente requerir un trasplante de corazón o un dispositivo mecánico para ayudar al corazón a bombear sangre al cuerpo.

Insuficiencia Cardíaca

La enfermedad de las arterias coronarias, las infecciones virales, los trastornos genéticos, el abuso de sustancias, ciertos medicamentos y varias otras afecciones médicas pueden provocar insuficiencia cardíaca, una afección caracterizada por un músculo cardíaco debilitado que no puede bombear con la suficiente fuerza para mantener la sangre fluyendo normalmente por todo el cuerpo. El flujo sanguíneo lento hace que el líquido se filtre hacia los pulmones y los tejidos corporales, como los pies y los tobillos. Los riñones y otros órganos reciben un flujo sanguíneo inadecuado debido a la lenta acción de bombeo del corazón. El hígado, por otro lado, generalmente se congestiona a medida que el exceso de sangre se acumula en los pulmones y el lado derecho del corazón.

Cirrosis cardiaca

En circunstancias normales, la sangre viaja desde el hígado al lado derecho del corazón y luego a los pulmones. Una vez que la sangre se ha infundido con oxígeno en los pulmones, se bombea al resto del cuerpo por el lado izquierdo del corazón. Con la insuficiencia cardíaca, la incapacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente provoca una acumulación de sangre en los pulmones y, si no se trata, una acumulación de líquido en el hígado. La acumulación prolongada de líquido provoca cicatrices en el hígado y una afección conocida como cirrosis cardíaca. Al igual que otras formas de cirrosis, la cirrosis cardíaca produce una pérdida progresiva de la función hepática y, en última instancia, insuficiencia hepática.

Síndrome cardiorrenal

Aunque los riñones son órganos pequeños, por lo general reciben alrededor del 25 por ciento de la sangre que se bombea desde el corazón. Como resultado, los riñones son particularmente sensibles al flujo sanguíneo inadecuado debido a la insuficiencia cardíaca. Inicialmente, los signos de daño renal pueden ser sutiles, pero las pruebas de laboratorio generalmente revelan anomalías. A medida que la función renal empeora, se produce un trastorno llamado síndrome cardiorrenal. El síndrome cardiorrenal refleja una disminución significativa de la función renal relacionada con la insuficiencia cardíaca avanzada. La función renal deficiente puede dificultar el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ya que los riñones se vuelven resistentes a los diuréticos, un pilar del tratamiento de la insuficiencia cardíaca.

Prevención y Manejo

En sus primeras etapas, la insuficiencia cardíaca suele ser una afección muy tratable. Tomar los medicamentos para la insuficiencia cardíaca según lo prescrito y hacer los ajustes dietéticos recomendados por un cardiólogo son esenciales para evitar complicaciones como enfermedades hepáticas y renales. En casos raros, las personas con insuficiencia cardíaca progresiva y enfermedad hepática o renal avanzada pueden ser candidatas para un trasplante combinado de corazón / riñón o corazón / hígado.