Se supone que el ejercicio le da más energía, pero sentirse fatigado y agotado después de un entrenamiento puede llevarlo a dirigirse al sofá en lugar del gimnasio. En lugar de renunciar al gimnasio y ejercitar el dedo que empuja a distancia, averigüe por qué sus entrenamientos lo hacen sentir tan cansado. Al cambiar su rutina y obtener suficiente energía y descansar, puede continuar una relación saludable con el ejercicio. Lo siento, sofá.
Combustible de entrenamiento
Cuando no está comiendo adecuadamente, un entrenamiento puede hacer que se sienta cansado y agotado. Asegúrese de darle a su cuerpo el combustible que necesita para realizar un entrenamiento y aprovechar todos sus beneficios. El Instituto de Ciencias del Deporte de la NCAA sugiere completar las reservas de glucógeno antes de un entrenamiento comiendo un bocadillo alto en carbohidratos por una suma de 1 gramo de carbohidratos por kilogramo de peso corporal. Un ejemplo es una manzana con mantequilla de maní. Termine su entrenamiento con un refrigerio rico en carbohidratos que contenga algo de fibra o grasa para ayudar a su cuerpo a recuperarse. También puede consumir de 15 a 25 gramos de proteína después de un entrenamiento, lo que puede ayudar a reparar los músculos cansados y adoloridos proporcionándoles los aminoácidos necesarios para reconstruirse.
Demasiado de una cosa buena
Mantenerse activo es una excelente manera de mantener su cuerpo en plena forma, a menos que se exceda. El sobreentrenamiento y el ejercicio compulsivo significan que su cuerpo no tiene el tiempo que necesita para descansar y recuperarse después de duros entrenamientos. Esto puede provocar fatiga y cansancio después del ejercicio. Mark Jenkins, director del Servicio de Salud Estudiantil y médico asociado del equipo de la Universidad de Rice, señala que la única receta para un cuerpo cansado y sobreentrenado es el descanso. Tómese un par de días de descanso y, cuando vuelva a hacer ejercicio, intente hacerlo de 30 a 60 minutos cada día.
Intensidad creciente
Si está entrenando para un objetivo en particular, una competencia o un maratón, por ejemplo, es posible que esté aumentando su intensidad demasiado rápido, lo que resultará en fatiga del entrenamiento. El American Council on Exercise advierte que debe tomarse su tiempo y aumentar el esfuerzo y la intensidad gradualmente para permitir que su cuerpo se adapte al nuevo nivel. Tener metas de ejercicio es una forma inteligente de motivarse, pero obsesionarse con esas metas o establecer estándares poco realistas podría ser contraproducente. Tómese su tiempo, celebre sus pequeñas victorias y eventualmente alcanzará sus metas sin un mayor desgaste en su cuerpo.
Aburrimiento, blues
Si ha tenido la misma rutina de ejercicios durante mucho tiempo, es posible que la sensación que tenga no sea el resultado del gasto de energía, sino simplemente del agotamiento del entrenamiento. Hacer lo mismo una y otra vez puede ser aburrido y conducir a entrenamientos mediocres. Intente cambiar su ejercicio haciendo algo nuevo: tomar una clase, finalmente probar ese nuevo equipo o cambiar su entrenamiento intenso habitual por un poco de yoga zen. Probar algo nuevo puede eliminar el problema del ejercicio y ayudarlo a obtener los beneficios positivos del ejercicio, incluida la energía y un mejor estado de ánimo.