Medicamentos para la alergia y la hipertensión

La rinitis alérgica o fiebre del heno es una afección común en los Estados Unidos. La Academia Estadounidense de Alergia, Asma e Inmunología informa que entre el 8 y el 10 por ciento de los estadounidenses en todos los grupos de edad tienen fiebre del heno. Además, la incidencia de alergias parece estar aumentando. Si tiene fiebre del heno y es como la mayoría de las personas alérgicas, probablemente haya usado medicamentos de venta libre o recetados para aliviar sus síntomas. Sin embargo, si también tiene presión arterial alta, es posible que desee evitar tomar algunos medicamentos para la alergia.

Descongestionantes

La congestión nasal es uno de los síntomas principales de la rinitis alérgica. Los descongestionantes, como la fenilefrina (Neo-Synephrine, Sudafed PE) y la pseudoefedrina (Sudafed) encogen y secan las membranas mucosas y facilitan la respiración. Sin embargo, debido a que contraen los vasos sanguíneos, los descongestionantes, incluidos los que se encuentran en algunos aerosoles nasales, también pueden aumentar la presión arterial. De hecho, los científicos que estudian la hipertensión consideran que la fenilefrina es el "estándar de oro" para elevar la presión arterial en los sujetos de prueba. Además, la fenilefrina y la efedrina se utilizan a menudo para aumentar la presión arterial de los pacientes anestesiados cuya presión disminuye durante la cirugía.

Los antihistamínicos

Las histaminas son sustancias químicas que liberan las células inmunitarias cuando entran en contacto con un alérgeno, como el polen o la caspa de las mascotas. Las histaminas desencadenan los ojos llorosos, picazón de garganta, estornudos y congestión que caracterizan un ataque de alergia. Durante una reacción alérgica grave, las histaminas pueden provocar una caída de la presión arterial. Los antihistamínicos interfieren con las histaminas, aliviando así los síntomas de la alergia.

Hay varias clases de antihistamínicos disponibles para tratar las alergias. La difenhidramina (Benadryl) y la clorfeniramina (Chlor-Trimeton) se consideran antihistamínicos "clásicos". Los antihistamínicos no sedantes, como loratadina (Claritin), fexofenadina (Allegra) y cetirizina (Zyrtec), son populares porque tienen menos probabilidades de causar sueño. Los antihistamínicos generalmente son bien tolerados por las personas con hipertensión, pero pueden interactuar con otros medicamentos, incluidos algunos que se usan para tratar la presión arterial alta.

Interacciones posiblemente peligrosas

Las personas con hipertensión suelen tomar al menos un medicamento para reducir la presión arterial. Cada vez que toma más de un medicamento al mismo tiempo, es posible que esos medicamentos interactúen. Los descongestionantes pueden hacer que sus medicamentos antihipertensivos sean menos efectivos y hacer que su presión arterial aumente. Algunas combinaciones de antihistamínicos y antihipertensivos también podrían ser peligrosas. Por ejemplo, tomar loratadina y diltiazem (Cardizem, Dilacor) juntos podría elevar su presión arterial o desencadenar un ritmo cardíaco anormal.

Opciones

Las personas con hipertensión deben tener cuidado al tomar medicamentos para la alergia de venta libre. Muchas de estas preparaciones contienen descongestionantes y antihistamínicos y podrían elevar su presión arterial. Las preparaciones que contienen solo antihistamínicos suelen ser seguras, pero consulte primero con su médico. Su médico puede recomendarle un antihistamínico específico. Alternativamente, puede recetarle un antihistamínico nasal, como azelastina (Astelin) o olopatadina (Patanol), o un corticosteroide nasal, como beclometasona (Beconase) o fluticasona (Flonase).

Si tiene presión arterial alta, consulte con su médico antes de tomar un medicamento para la alergia para asegurarse de que sea seguro para usted.