¿Por qué la cantidad de saltos que haces aumenta tu frecuencia cardíaca?

Los saltos son una forma vigorosa de ejercicio cardiovascular que puede hacer que su corazón lata rápidamente. Su frecuencia cardíaca aumentará constantemente con cada salto nuevo que realice hasta que alcance su frecuencia más alta y se estabilice. Si espera quemar algunas calorías, una frecuencia cardíaca rápida es una señal segura de que su cuerpo está trabajando duro.

Aumento de sangre a los músculos

Los saltos requieren que la parte superior e inferior de su cuerpo trabajen juntos y cuenten con la ayuda de muchos grupos de músculos. A medida que sus músculos trabajan más, necesitan más sangre rica en oxígeno para seguir funcionando, por lo que su frecuencia cardíaca aumenta en respuesta a su carga de trabajo. Si reduce el ritmo o se detiene por completo, su frecuencia cardíaca disminuirá de manera constante.

Regulación de la temperatura corporal

Cuando hace ejercicio, el calor es el subproducto de todo el exceso de energía que está creando, por lo que la temperatura de su cuerpo tiende a aumentar. El aumento del flujo sanguíneo a la piel puede ayudar a enfriar su cuerpo mientras suda. La combinación de una mayor demanda de sus músculos y de su piel hace que su corazón bombee más rápidamente para que pueda suministrar sangre a ambas áreas.

La conexión corazón-pulmón

No es solo su frecuencia cardíaca lo que aumenta cuando hace ejercicio; también respira más rápido. Esto permite que sus pulmones suministren oxígeno rápidamente a su sangre y lo ayuda a expulsar el exceso de CO2 que crea durante una rutina rigurosa. En consecuencia, su frecuencia cardíaca y su frecuencia respiratoria tienden a alimentarse entre sí, y su frecuencia cardíaca aumenta en respuesta a su frecuencia respiratoria.

Ritmo cardíaco objetivo

Aunque una elevación en su frecuencia cardíaca significa que está haciendo un entrenamiento fuerte, puede enfermarse si su frecuencia cardíaca aumenta demasiado. Su frecuencia cardíaca objetivo varía según su edad y salud, pero la Asociación Estadounidense del Corazón aconseja que una persona de 30 años debe disparar de 95 a 162 latidos por minuto, mientras que una de 40 años debe limitarse a 90 a 153 latidos. por minuto. La tasa ideal continúa disminuyendo a medida que envejece.