Para la mayoría de las personas, el reflujo ácido se manifiesta con acidez o regurgitación. Sin embargo, la enfermedad también puede causar signos y síntomas atípicos, como tos crónica, ronquera, dolor de pecho, sibilancias, erosión del esmalte dental o dolor de garganta persistente. Si tiene acidez estomacal recurrente, es posible que su médico pueda diagnosticar y tratar su reflujo ácido sin una evaluación exhaustiva. Sin embargo, si tiene síntomas atípicos o su diagnóstico no es sencillo, su médico puede solicitar pruebas adicionales.
Monitoreo de ácido
Si bien ninguna prueba es 100 por ciento precisa para diagnosticar el reflujo ácido, medir la acidez en la parte inferior del esófago se considera el estándar de oro para establecer si tiene o no reflujo. Esto se logra mejor con la monitorización del pH, que implica colocar una pequeña sonda en el esófago, el tubo muscular que conecta la garganta y el estómago, para detectar episodios de reflujo ácido. Se encuentran disponibles varias variaciones de monitoreo del pH, incluidas las que miden la acidez en varios niveles dentro de su esófago y dispositivos inalámbricos que se pueden usar durante varios días para determinar qué actividades empeoran su reflujo.
Examen directo
Si bien la monitorización del pH es el método más sensible para detectar episodios de reflujo ácido, no le dirá a su médico si su reflujo ácido está dañando el revestimiento de su esófago. Según una revisión de 2013 en "BMC Gastroenterology", la endoscopia (pasar un endoscopio a través del esófago para visualizar el esófago y el estómago) es la mejor manera de detectar signos visibles de daño relacionado con el ácido. La endoscopia generalmente se realiza cuando los pacientes están muy sedados.
Si tiene tos crónica, ronquera, daño en los dientes, dolor de garganta persistente u otros síntomas extraesofágicos de reflujo ácido, su médico también puede ordenar una laringoscopia. Esta prueba es similar a la endoscopia esofágica y requiere sedación antes de pasar un endoscopio por la garganta y la tráquea superior.
Detección de enzimas del estómago
Una revisión de 2012 en "Gastroenterology & Hepatology" informó el desarrollo de una prueba que mide la pepsina en los pacientes con saliva que tienen síntomas de reflujo ácido extraesofágico. La pepsina es una enzima que solo producen las células que recubren el estómago. Su presencia en la saliva ofrece una fuerte evidencia de que el contenido ácido del estómago se eleva lo suficiente en el esófago como para mezclarse con las secreciones de la boca. Si bien esta prueba puede no ser útil para todas las personas con reflujo ácido, podría ayudar a guiar la terapia para aquellos con tos, laringitis, erosiones dentales o sibilancias.
Estudios de rayos X
Antes del uso generalizado de la endoscopia y la monitorización del pH, los médicos ordenaban ingestas de bario para los pacientes que tenían síntomas persistentes de reflujo ácido. Para realizar esta prueba, bebe un batido de bario mientras se somete a una serie de radiografías para evaluar la función de su esófago y examinar su arquitectura interna. Si bien esta prueba aún se puede usar en ciertas circunstancias, es inferior a la endoscopia esofágica y al monitoreo del pH para detectar el reflujo ácido y las complicaciones que puede causar. Su médico determinará la mejor prueba o pruebas para evaluar sus síntomas.