¿Qué sucede con la grasa que se almacena en su cuerpo después de hacer ejercicio?

La fórmula para ganar o perder peso es simple: si consume más calorías de las que quema durante un tiempo determinado, aumenta de peso; si quema más calorías de las que ingiere, pierde peso. El exceso de peso se almacena en las células grasas de todo el cuerpo, lo que se convierte en reservas de energía que aprovecha cuando la ingesta de alimentos no satisface sus necesidades energéticas. Sin embargo, cuando sus reservas se vuelven demasiado grandes, hacer ejercicio puede ayudar a reducir su tamaño.

Utilice EPOC para bajar de peso

Cuando necesite energía adicional durante un entrenamiento, su cuerpo puede aprovechar las reservas de grasa de inmediato y, según la intensidad de su entrenamiento, puede continuar quemando grasa después de que termine su entrenamiento. El consumo excesivo de oxígeno después del ejercicio, o EPOC, mide la cantidad de calorías que quema después del entrenamiento en relación con sus necesidades calóricas normales en reposo. EPOC varía de 65 a 150 calorías por sesión. Si hace ejercicio cinco veces por semana, eso puede significar quemar 7 libras de grasa por año después de sus entrenamientos, según el Dr. Len Kravitz de la Universidad de Nuevo México. El proceso físico de quemar grasa es el mismo, ya sea que se queme durante o después de un entrenamiento.

Acerca de las células grasas

Todo el mundo tiene miles de millones de células grasas, que potencialmente pueden estar llenas de sustancias químicas llamadas triglicéridos. Las células suelen variar entre 0.2 y 0.9 microgramos de tamaño, dependiendo de la cantidad de exceso de grasa en su cuerpo. En otras palabras, si consume más calorías de las que quema, sus células grasas se expanden. Además, si tiene suficiente exceso de grasa, puede ganar células grasas adicionales. Si hace ejercicio con regularidad y crea un déficit de calorías, sus células grasas comienzan a encogerse.

Cómo se libera la grasa

Cuando su cuerpo requiere energía adicional, envía un mensaje a través de las vías hormonales a sus células grasas. Una enzima dentro de las células grasas, la lipasa sensible a las hormonas, recibe el mensaje y descompone los triglicéridos en glicerol más tres ácidos grasos. Estos pedazos más pequeños abandonan la célula de grasa, ingresan al torrente sanguíneo y viajan a áreas que necesitan más combustible. Su hígado absorbe el glicerol, mientras que los ácidos grasos van a los tejidos musculares y al hígado.

Cómo se absorbe la grasa

Cuando llegan al hígado y al tejido muscular, el glicerol y los ácidos grasos liberados de las células grasas pasan por procesos químicos adicionales, transformándolos en energía utilizable. Inicialmente, los componentes grasos anteriores ingresan en las mitocondrias de las células del hígado y del músculo, estructuras fuera del núcleo de una célula donde se produce la energía de la célula. Se produce una serie de reacciones que producen compuestos como el ácido cítrico y, finalmente, el trifosfato de adenosina, que alimenta las células musculares. El proceso también produce agua, que se libera en forma de sudor u orina, además de calor, lo que ayuda a mantener la temperatura corporal.