Reemplazo de estrógeno y su efecto sobre el sueño

Cuando una mujer llega al final de sus años fértiles y entra en la menopausia, su cuerpo sufre importantes cambios hormonales y fisiológicos que pueden afectar muchos aspectos de su vida. La menopausia a veces causa insomnio o incapacidad para permanecer dormido, un problema que puede interferir significativamente con la vida diaria de la mujer. Reemplazar el estrógeno que el cuerpo ya no produce puede ayudar a aliviar estos problemas.

Estrógeno y sueño

Cuando una mujer entra en la menopausia, su período menstrual se detiene y sus ovarios ya no producen 2 hormonas importantes: el estrógeno y la progesterona. La National Sleep Foundation informa que hasta el 61 por ciento de las mujeres posmenopáusicas experimentan insomnio y otras alteraciones del sueño.

Se cree que los cambios que ocurren en el equilibrio normal entre el estrógeno y la progesterona después de la menopausia son los responsables de estos trastornos del sueño, aunque no se comprende por completo por qué ocurre exactamente. Una posibilidad es que cuando una mujer experimenta sofocos o sofocos durante la noche, esto podría despertarla y causar sudoración nocturna, lo que explica algunas de las dificultades para dormir que pueden acompañar a la menopausia.

Otros efectos

Cuando una mujer deja de ovular y su nivel de estrógeno disminuye, otros síntomas relacionados con las hormonas pueden contribuir a la dificultad para dormir. Por ejemplo, la Sociedad Norteamericana de Menopausia informa que algunas mujeres experimentan cambios de humor severos después de entrar en la menopausia. En estas mujeres, los síntomas de la menopausia pueden incluir cambios extremos en el estado de ánimo, cuando los sentimientos intensos de felicidad conducen a períodos de tristeza y depresión. La sociedad también indica que las mujeres propensas a síntomas extremos del síndrome premenopáusico o que previamente habían sufrido depresión pueden tener más probabilidades de experimentar cambios de humor severos después de la menopausia. Aunque es posible que reemplazar el estrógeno después de la menopausia no resuelva todos estos problemas, podría ayudar a aliviar los problemas del sueño en algunas mujeres.

Reemplazo de estrógeno

Una cantidad sustancial de investigación ha examinado el posible beneficio de reemplazar el estrógeno en los trastornos del sueño en mujeres después de la menopausia. En un ensayo de terapia de reemplazo hormonal publicado en septiembre de 2003 en "Journal of Sleep Research", 51 mujeres posmenopáusicas tomaron estrógeno, estrógeno y progesterona, o no tomaron hormonas de reemplazo durante 2 meses, mientras estaban despiertas durante la noche y la sensación de estar descansadas en Se evaluaron las mañanas. Ambos tratamientos hormonales mejoraron ligeramente los patrones generales de sueño y también tuvieron efectos positivos significativos en la sensación de energía de los sujetos y en haber dormido bien por la mañana en comparación con aquellos que no estaban en terapia de reemplazo hormonal.

Un estudio más amplio, publicado en la edición de septiembre-octubre de 2005 de la revista "Menopause", reclutó a unas 8,000 mujeres posmenopáusicas que nunca habían tomado estrógeno o lo habían estado tomando, con o sin progesterona añadida, para determinar sus patrones de sueño. Las mujeres que no tomaban hormonas informaron dormir con menos frecuencia, tener dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidas con mucha más frecuencia que las que tomaban hormonas. Los resultados de la Women's Health Initiative, publicados en mayo de 2005 en Obstetrics and Gynecology, concluyeron que reemplazar las hormonas después de la menopausia ayuda a aliviar muchos síntomas posmenopáusicos, pero también advirtieron que el tratamiento puede no ser una buena opción para todas las mujeres.

Tratamiento y recomendaciones

Después de la menopausia, un médico puede recomendar tomar una pastilla de estrógeno o usar un parche que contenga estrógeno que administra el estrógeno a través de la piel. El estrógeno no es apropiado para todas las personas porque puede causar algunos efectos secundarios o aumentar el riesgo de ciertas enfermedades en algunos grupos de mujeres. En una declaración de posición de 2012, la Sociedad Norteamericana de Menopausia recomendó que el reemplazo de estrógeno, cuando fuera apropiado, debería ser en la dosis más baja posible y por no más de 3 a 5 años.

Si tiene preguntas sobre el reemplazo hormonal después de la menopausia, hable con su médico, quien puede aconsejarle sobre el mejor curso de acción para su situación.